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martes, abril 16, 2024

Un año después del magnicidio del presidente de Haití, el país sigue sumido en múltiples crisis

De lectura obligatoria

Brenda Guerrero
Brenda Guerrero
Periodista

A un año del magnicidio del presidente de Haití Jovenel Moïse, tres conclusiones se reflejan: la primera, la investigación por su muerte está estancada desde las primeras detenciones; la segunda, la crisis política, económica y social que ha vivido el país desde hace décadas no cesa, de hecho, se ha recrudecido después de la muerte de Moïse; y la tercera, la inseguridad ha aumentado, marcada por secuestros y asesinatos. Mientras, la comunidad internacional mira sin acciones contundentes.

La madrugada del 7 de julio de 2021 fue asesinado el presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su residencia privada por un comando de 28 supuestos mercenarios, la mayoría colombianos.

Un año después, la investigación, con un amplio dosier sobre cómo habría sido la planificación, financiación y ejecución, no pasa de la etapa preliminar; está estancada y el país más empobrecido de América sigue sumido en un sinnúmero de crisis en todos los sectores, no hay asomo de ningún progreso, ni mucho menos de ayuda real internacional.

La investigación por el magnicidio del presidente está estancada desde las primeras detenciones de los miembros del comando, contratados por desconocidos, que asaltaron la residencia del presidente. Lo único confirmado, según la misma Fiscalía, es que el comando no encontró resistencia del cuerpo de seguridad del mandatario. El entorno de Moïse reitera que los responsables siguen sueltos.

Su familia y el primer ministro, Ariel Henry, han solicitado ayuda de Naciones Unidas en la investigación del magnicidio, que sigue sin avances en quién, cómo y por qué fue planeado, financiado y ejecutado a pesar de las detenciones, allanamientos e incautaciones.

Martine Moïse, viuda del presidente, ha denunciado reiteradamente que los responsables de la muerte de su esposo siguen libres y Henry dijo en su cuenta de Twitter hace 20 días que tiene «la desagradable sensación de que quienes concibieron y financiaron este macabro plan aún corren por las calles y aún escapan de nuestro sistema judicial».

Decenas de detenidos, pero sin avances en el caso

Más de 40 personas han sido arrestadas por su supuesta implicación en el magnicidio, entre ellos 18 exmilitares colombianos acusados de integrar el comando que irrumpió en la residencia del Moïse para asesinarlo, y que permanecen en prisión desde entonces sin las mínimas garantías procesales.

Los familiares de los colombianos detenidos han expresado, en varias oportunidades, que ellos no tienen garantías de salubridad ni judiciales desde que están presos. De hecho, los mismos detenidos denunciaron, en un video, las malas condiciones en la cárcel, sin comer incluso durante tres días, sin agua y sin poder ir al baño. Y pidieron ayuda humanitaria.

Otros tres colombianos murieron en horas posteriores al magnicidio y otros implicados permanecen prófugos. Entre los arrestados también está el supuesto autor intelectual del magnicidio, el médico Emmanuel Sanon.

Además, hay otros tres presuntos implicados que están siendo investigados por la justicia estadounidense: el primero de ellos, el exmilitar colombiano Mario Antonio Palacios, que el pasado mes de abril se declaró no culpable de los delitos que le imputó una corte de Miami. Palacios llegó a EE. UU. voluntariamente tras su detención en una escala aérea en Panamá.

Las órdenes para cometer este crimen, según pesquisas, fueron orquestadas desde Florida por ciudadanos haitianos, razón por la cual la fiscalía de EE. UU. tiene este caso.

Por su parte, el ciudadano haitiano nacionalizado chileno Rodolphe Jaar, detenido en enero en República Dominicana se declaró inocente este miércoles 6 de julio en un tribunal federal de Miami.

El empresario Jaar está acusado de conspiración para cometer asesinato o secuestro fuera de Estados Unidos y de proporcionar apoyo material que resultó en la muerte de Moïse. Si es declarado culpable, Jaar se enfrenta a una sentencia máxima de cadena perpetua.

El tercero es el exsenador haitiano John Joel Joseph, extraditado desde Jamaica y acusado de conspirar para cometer asesinato o secuestro fuera de Estados Unidos y de brindar apoyo material a la conspiración con resultado de muerte, relata EFE.

Además, en Turquía fue detenido hace 8 meses el empresario Samir Handal, quien sigue en ese país, también señalado de conspirar para matar a Moïse. Otros detenidos son haitianos, miembros de las fuerzas de seguridad de su país.

Hasta ahora, cinco jueces han estado a cargo del caso del magnicidio sin lograr avances.

La crisis política y socioeconómica de Haití perdura ante la inacción internacional

El estancamiento de este proceso de investigación ha exacerbado la crisis que vive el país desde hace décadas. Mientras, la comunidad internacional sigue expresando su grave preocupación por el deterioro de la seguridad en el país, pero sin acciones inmediatas.

Consultado por EFE, Jean Hénold Buteau, profesor de la Universidad Estatal de Haití y portavoz del partido Alternative Socialiste, la situación es «extremadamente grave», al tiempo que denuncia el carácter «retrógrado» de las acciones de la comunidad internacional que, a su juicio, colocaron a Ariel Henry en el poder.

La Comunidad del Caribe (Caricom) anunció que enviará una delegación para apoyar a Haití y pide una renovación de la misión de Naciones Unidas en ese país, que cumple su misión este mes de julio.

La nación caribeña lidia con graves problemas socioeconómicos y políticos, asolada por la violencia y la inestabilidad, particularmente después del asesinato del presidente.

El presidente de Surinam y actualmente de Caricom, Chandrikapersad Santokhi, dijo este martes, al término de su cumbre anual, que expresaba su «grave preocupación» por el deterioro de la situación de seguridad en Haití y el primer ministro -Ariel Henry- dijo también que su país está buscando más apoyo y pidiendo iniciar un diálogo a nivel nacional para «construir un buen futuro para Haití».

En cuanto a la situación económica, el presidente Moïse dejó una economía moribunda. En junio de 2021, Haití tuvo una inflación del 12,5%, ahora la inflación se ha duplicado hasta alcanzar el 27,5%.

Para el economista Enomy Germain, consultado por EFE, «hoy, la situación es peor que cuando gobernaba Moïse. Un año después, la economía ha pasado prácticamente de una situación de decadencia a una situación de catástrofe».

«Jovenel Moïse ya no está, pero los problemas no se fueron con él, los problemas se quedaron e, incluso, se han agravado», expuso Germain. «Las bandas -delincuenciales- están bloqueando la economía del país más que antes. El tema de la inseguridad económica que estamos viviendo es un ‘shock’ económico», agregó.

La inseguridad en el país: entre secuestros y asesinatos

La situación de inseguridad ha estado marcada por la multiplicación de los secuestros de haitianos y extranjeros en el país y por la lucha por el territorio entre bandas rivales.

En lo que va de 2022 han sido secuestradas más de 600 personas y han ocurrido 15 secuestros colectivos en el último trimestre, según informó el jueves 30 de junio la Unidad de Observación de la Delincuencia (COC) del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH).

En abril se produjeron 53 secuestros y 188 en mayo, lo que supone un incremento del 117 %. En junio se produjeron 155 secuestros. En el primer trimestre de 2022 se registraron 225 secuestros. Esto representa un aumento del 44,8%.

Los secuestros son principalmente en Puerto Príncipe, donde operan decenas de bandas armadas que controlan parte de la capital.

Los asesinatos también están a la orden del día en Haití. En declaraciones a EFE hace un mes y medio, la Comisión Episcopal de Justicia y Paz de la Iglesia Católica en Haití (CE-JILAP) reveló que en lo que va de 2022 se han registrado más de 450 muertes violentas (hasta el 20 de mayo) como resultado de los enfrentamientos entre bandas armadas.

El mayor número de víctimas, que sumó a este ya alarmante incremento, se produjo en la lucha por el territorio entre las bandas rivales 400 Mawozo y Chen Mechan en abril pasado. Hasta ahora, el primer ministro, Ariel Henry, no ha podido dialogar con los demás actores clave de la crisis haitiana.

La guerra urbana que enfrentó a estas dos bandas armadas entre el 24 de abril y el 6 de mayo de 2022 dejó 191 personas asesinadas, según el último informe de la ONG Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), publicado el lunes, 27 de julio.

Foto archivo. Hombres rescatan piezas de un auto carbonizado que fue incendiado durante enfrentamientos entre pandillas armadas en el barrio Butte Boyer de Puerto Príncipe, Haití, viernes 13 de mayo de 2022. © Odelyn Joseph / AP

Además, al menos 18 mujeres fueron violadas, de las cuales 17 fueron posteriormente ejecutadas, y 158 niños quedaron huérfanos.

De los muertos, 48 fueron presentados a la RNDDH como miembros o familiares de una de las bandas armadas.

En otras acciones, «al menos uno de los cónyuges fue testigo de la repetida violación de su pareja», según el informe que entrega la ONG sobre los enfrentamientos, que comenzaron cuando la banda armada de 400 Mawozo atacó la base del Chen Mechan en su bastión de Croix-des-Missions.

Dos meses después, las autoridades judiciales no han dado información precisa de cómo van las investigaciones de esta matanza.

La situación de inestabilidad en prácticamente todos los órdenes en el país se agravó aún más después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, y las soluciones no se ven a la vista.

Fuente Frances 24

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