El pasado domingo 17 de mayo del año en curso, debió celebrarse en el país el tradicional proceso electoral nacional para elegir desde las urnas al Presidente de la Republica, así como también los senadores y diputados.
Como bien conocemos, producto de la terrible incidencia nacional e internacional de la pandemia COVID-19, nos hemos visto en la obligación de entender y aceptar pacientemente la posposición de ese importante proceso cívico que resume en toda su expresión la vida democrática del país.
La Junta Central Electoral, ente regulador del proceso comicial, pospuso para el domingo 05 de julio próximo , nuestra cita con la democracia. Esa decisión, que a todas luces resulta fundamental para garantizar nuestra convivencia civilizada, contó con el aval o aceptación de los delegados políticos de las distintas organizaciones partidistas formalmente registradas en la Junta para el proceso.
Así como los partidos políticos, sus delegados y sus líderes acogieron la nueva fecha, también lo hizo la maltrecha Sociedad Dominicana para ir a las urnas a ejercer su libérrimo derecho al voto. independientemente de que los efectos de la pandemia no han concluido, cada ciudadano se apresta a atender ese llamado crucial, observando rigurosamente los protocolos sanitarios que demanda el momento para preservar su salud, la de sus familiares directos, sus vecinos, sus amigos y compañeros de trabajo.
Independientemente de la fecha seleccionada para llevar a cabo las elecciones presidenciales y congresionales, todo el equipo de funcionarios de la gestión gubernamental que acaba de concluir, debe entender que estos tres meses forman parte esencial de la etapa de transición que siempre media entre el gobierno viejo y el nuevo que el 16 de agosto va a asumir los destinos de la Nacion.
En estos tiempos de transición gubernamental, es muy importante que el primer ejecutivo de la Nacion, Danilo Medina Sanchez instruya a todos sus subordinados, entre estos, altos, medios y bajos funcionarios, a que se preocupen y dediquen a preparar de manera ordenada los informes de gestión de cada una de las instituciones bajo su responsabilidad administrativa.
Corresponde al presidente de la Republica, y no a ningún otro funcionario, por mas encumbrado que sea su cargo, emitir desde el pasado domingo 17 de mayo del año en curso, la circular señalando que su segunda gestión gubernamental se encuentra en proceso de transición.
Entiendo que por los efectos de la pandemia y los extraordinarios compromisos que ella ha generado a los funcionarios Gustavo Montalvo y José Ramón Peralta, secretario de la Presidencia y Secretario Administrativo de la misma dependencia estatal, hayan olvidado consultarle al presidente de la Republica que si con todo y cambio de fecha eleccionaria procede ordenar los trabajos gerenciales de la transición gubernamental.
Pero en estos momentos cuando todo parece indicar que el Pueblo Dominicano asistirá masivamente a las urnas el 05 de julio, ambos funcionarios debieron contar ya con la autorización expresa del Presidente Danilo Medina, haciendo incluso de dominio público la medida, para ordenar a todo el tren gubernamental que trabaje intensamente en torno a la transparencia ordenada de los informes gerenciales de los ministerios, direcciones generales, así como los correspondientes a los organismos centralizados y descentralizados, que por su naturaleza institucional desarrollan acciones con cargo a los fondos públicos de la Nacion.
Tanto el ministro Montalvo, como Peralta, máximos funcionarios de la cosa pública en la infausta gestión gubernamental que acaba de concluir, deben mandar una clara y certera circular a los demás funcionarios bajo su escalafón ministerial , donde se consigne la necesaria preservación de los bienes del Estado puestos bajo su responsabilidad. A ello se suma como un aspecto de vital importancia en medio de la pandemia sanitaria mundial que nos afecta, cuidar celosamente los recursos económicos que las dependencias manejan.
Estos dos extraordinarios funcionarios, colaboradores fundamentales del presidente de la Republica durante ocho largos años, están compelidos a propiciar una transición gubernamental en paz y ordenada como la Sociedad Dominicana requiere en estos momentos de grandes tensiones sanitarias y económicas a nivel mundial y nacional.
Este último acto democrático que paga olímpicamente la Nacion durante tres meses a los funcionarios salientes de cada gobierno en transición, Montalvo y Peralta deben propiciar desde este mismo momento todas las acciones burocráticas necesarias para que las nuevas autoridades reciban el 17 de agosto los libros contables, las auditorías, así como un riguroso inventario con los bienes muebles e inmuebles de cada organismo estatal.
Incluso, soy de los que considera atinado que ambos funcionarios deben consultar al presidente de la Republica para que les autorice iniciar ese proceso de transición con las autoridades electas, el mismo lunes 06 de julio, después de contar los votos y resultare ganador uno de las candidatos en la contienda. Esa decisión resulta lógica si tomamos en consideración que desde el 17 de mayo pasado al 05 de julio, hemos perdido más de un mes y medio de trabajos en ese orden.
Contar en esta etapa tan pesada del proceso democrático de la Nacion con la intervención de esos dos funcionarios, asesores fundamentales del presidente, es garantizar que todo el tren gubernamental se ponga al nivel en que exigen las circunstancias del país, y hagan su último acto público de importancia.
Una Nación exhausta, salvajemente golpeada y humillada por tantos escándalos de corrupcion, asaltos, robos, violaciones, con un pésimo servicio sanitario, un deficiente servicio de transporte, agua, energía eléctrica y seguridad, lo menos que puede esperar de una gestión gubernamental tan deficiente como la que concluye, es un traspaso de mando ordenado.
Agustin Cortès Robles
Junio 06, 2020.
República Dominicana.-
