El próximo 16 de agosto concluye la presente gestión gubernamental, dando paso a un nuevo ejecutivo de la Nación al frente de la cosa pública.
Así como cambia el primer ejecutivo de la Nacion, también son removidos los Ministros, Viceministros y Directores Generales de las distintas dependencias estatales.
En ese conjunto de estamentos funcionales del Estado Dominicano que estrenan funcionarios, también recibirá un nuevo incunvente el Ministerio de Estado de Deportes y Recreación.
Esperemos que ese cambio de gobierno traiga un ministro deportivo interesado en tantas inquietudes pendientes de materialización para los atletas activos y aquellos que por sus méritos han sido reconocidos como Inmortales.
Ese funcionario que puede saber algo de política deportiva, se debe hacer acompañar de técnicos y dirigentes del mayor nivel gerencial. Independientemente de esa razonable actitud, el nuevo, o la nueva ministra, debe de agotar largos periodos de su agenda para escuchar el corazón del movimiento deportivo nacional.
Ese acercamiento horizontal, vivencial y personal con todas las estructuras que hacen deporte en el país debe de ser aprovechado para levantar un diagnóstico de la realidad deportiva de la Nacion. Ese estudio que en principio será una suma de experiencias, se convertirá en una herramienta eficaz de trabajo para la nueva gestión.
Dotado ese análisis con los insumos científicos y económicos del deporte, se convertirá en la guía gubernamental y olímpica que deberán implementar los clubes, las ligas, las asociaciones, y las federaciones durante los próximos diez -10- años de desarrollo deportivo en el país.
Esa metodología de frente a cada dirigente, atleta y entrenador del país, al margen de las relaciones habituales con el comité olímpico dominicano, será una contundente lección de procedimiento a la cúpula del comité olímpico dominicano, y a los dos ministros que en los últimos años han ocupado ese importante Ministerio.
Lamento mucho que los dos ministros de los últimos ocho -8- años hayan sido tan ciegos, sordos y mudos ante las inquietudes del movimiento deportivo nacional.
Creo que tanto la gestión de Jaime David Fernandez Mirabal, como la de Danilo Diaz Vizcaino pasarán a la historia del deporte dominicano, como las gestiones de peor desempeño gerencial, técnico y administrativo.
Ambos ejecutivos, distanciados de la realidad social en que se desarrolla la actividad deportiva nacional, implementaron ideas y proyectos con escasa posibilidad de relanzar de manera positiva una actividad de tanta trascendencia para el desarrollo sano de la Nación, y la proyección de esta en los más distantes escenarios del mundo.
Aparentemente, y más bien sin apariencia, Jaime David y Danilo Diaz llegaron al ministerio deportivo para revolverlo todo y no dejar nada trascendente a los miles de atletas, entrenadores, y dirigentes que con su esfuerzo, sin pago alguno, cargan sobre sus hombros la vida deportiva de la Nacion.
En ese escenario hostil del deporte dominicano que esos dos ministros crearon en los últimos ocho -8- años de pésima gestión gubernamental, juega un papel mediocre la dirigencia olímpica dominicana. Los principales dirigentes del Comité Olímpico Dominicano, encabezados por el señor Luis Mejia Oviedo, no asumieron su responsabilidad histórica ante el avasallamiento de esos dos ministros a la clase deportiva dominicana. Ese organismo deportivo, supuestamente con personeria jurídica independiente, en ningún momento alzó la voz para defender atletas, dirigentes y entrenadores ante los maltratos y vejaciones de estos dos ministros deportivos.
Luis Mejia Oviedo, y demás ejecutivos principales del Comité Olímpico Dominicano, al callar ante estas dos malas gestiones, hicieron causa común con ambos ministros en contra de quienes con su labor cotidiana y sin pago, sostienen el deporte dominicano.
Así como el 16 de agosto del año en curso cambiaran todas las autoridades gubernamentales, también debieran aprovechar los maximos dirigentes olímpicos y renunciar a sus cargos, porque su comportamiento dirigencial ha sido más gubernamental que Olimpico, obedeciendo a intereses y presiones políticas-partidistas, por encima del sagrado deber que ha dado razón a su existencia en la vida deportiva nacional.
La llegada de un nuevo funcionario al Ministerio Deportivo debiera suponer un relanzamiento de la actividad deportiva nacional. Esperemos el y sus asistentes no sean tan engreídos y tozudos como Jaime David Fernandez Mirabal y Danilo Diaz Vizcaino.
POST DATA:
Ojalá esta vez el señor Luis Mejia Oviedo se motive, y haga lo mismo con sus colegas del ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano, para enfrentar al Ministro Deportivo cuando con arrogancia irrespete a miles de hombres y mujeres que antes que el, y después de él, han hecho y harán del deporte su vida.