Por: STEPHEN SMITH, KATE PAYNE Y HEATHER HOLLINGSWORTH
CRAWFORDVILLE, Florida, EE.UU. (AP) — El huracán Helene tocó tierra como una poderosa tormenta de categoría 4 en una región escasamente poblada de Florida, arrancando el revestimiento de edificios, atrapando a residentes en crecientes inundaciones y dejando sin electricidad a millones de consumidores. Al menos cinco personas han muerto, según informes.
El meteoro tocó tierra el jueves por la noche con vientos máximos sostenidos de 225 km/h (140 mph) en el área rural de Big Bend, que alberga poblados pesqueros y sitios vacacionales, en el sitio donde se unen la región de Panhandle y la península de Florida.
En videos publicados en redes sociales aparecen cortinas de lluvia y revestimientos desprendiéndose de edificios en Perry, Florida, cerca del sitio donde llegó la tormenta. Una estación local de noticias mostró una casa derribada.
La mañana del viernes, los rescatistas acudían en botes a rescatar a las personas atrapadas por las inundaciones en el condado de Citrus, a unos 193 kilómetros (120 millas) al sur de Perry.
“Si usted está atrapado y necesita ayuda, por favor llame a los rescatistas — NO TRATE DE ATRAVESAR LAS INUNDACIONES USTED MISMO”, advirtió la comisaría en una publicación de Facebook. Las autoridades dijeron que podría haber cables activos, aguas negras, objetos afilados y otros desechos en el agua.
Unos 4 millones de viviendas estaban sin electricidad la mañana del viernes en Florida, Georgia y Carolina del Sur, según poweroutage.us, que da seguimiento a los reportes de servicios públicos.
Una persona murió en Florida cuando un letrero cayó sobre su auto, y se reportó la muerte de dos personas en un posible tornado en el sur de Georgia mientras la tormenta se aproximaba. Varios árboles cayeron sobre viviendas y provocaron muertes en Charlotte, Carolina del Sur, y el condado de Anderson, Carolina del Sur.
El huracán tocó tierra cerca de la boca del río Aucilla en la costa del golfo de Florida. Esa localidad se encuentra tan sólo a unos 32 kilómetros (20 millas) al noroeste del sitio en el que el huracán Idalia golpeó el año pasado, casi con la misma ferocidad, provocando daños generalizados.
Mientras el ojo del huracán pasaba cerca de Valdosta, Georgia, una ciudad de 55.000 habitantes cerca de la frontera con Florida, decenas de personas se refugiaban la mañana del viernes en el oscuro vestíbulo de un hotel. Afuera, el viento silbaba y aullaba.
No había electricidad, y la única iluminación provenía de luces de emergencia en los pasillos, linternas y teléfonos celulares. El agua escurría de las lámparas del comedor del vestíbulo, y los escombros del techo caían en el suelo, afuera del edificio.
En el condado de Thomas, Georgia, donde los residentes han estado bajo un toque de queda, la comisaría dijo que éste se extendería hasta la tarde del viernes.
“Este toque de queda ayuda a proteger a los rescatistas y a los ciudadanos de nuestra comunidad, ya que las condiciones siguen siendo muy peligrosas. Por favor, no salgan de su refugio”, publicó la comisaría en Internet.
Helene es la tercera tormenta que golpea la ciudad en poco más de un año. La tormenta tropical Debby dejó sin electricidad a miles de personas en agosto, mientras que el huracán Idalia provocó daños a unas 1.000 viviendas en Valdosta y el condado de Lowndes hace un año.