WASHINGTON (AP) — Los republicanos de la Cámara de Representantes tuvieron el miércoles un largo segundo día de votaciones infructuosas, incapaces de elegir a su líder, Kevin McCarthy, como presidente de la cámara o de idear una nueva estrategia para poner fin al caos político que ha empañado el inicio de su nueva mayoría.
Y aun así, McCarthy no se dio por vencido, incluso después de que la cuarta, quinta y sexta votaciones no produjeran un mejor resultado y se quedara intentando cancelar una sesión nocturna. Incluso eso fue controvertido, ya que la Cámara votó 216-214 —entre gritos y tumultos— en favor de levantar la sesión hasta el siguiente día.
“Aún no hay acuerdo”, dijo McCarthy poco antes de salir de una larga reunión a puerta cerrada con aliados y opositores de su propio partido. “Pero se ha avanzado mucho”.
Sin embargo, ningún progreso fue evidente durante el día, en el que los republicanos trataron de elevar a McCarthy a la presidencia de la legislatura. Las votaciones arrojaban casi el mismo resultado, 20 conservadores que seguían negándose a apoyarle y que le dejaban muy lejos de los 218 votos que suelen necesitarse para ser nombrado presidente de la Cámara de Representantes.
De hecho, su apoyo se redujo a 201, ya que un compañero republicano pasó a votar simplemente presente.
Al no ver una salida rápida a este enfrentamiento político, los republicanos votaron abruptamente a última hora del día para suspender la sesión durante unas horas, mientras buscaban desesperadamente una solución al caos que ellos mismos habían provocado. Debían volver al anochecer, pero McCarthy quería tomarse un descanso hasta el jueves.
“Creo que la gente necesita trabajar un poco más”, manifestó McCarthy. “No creo que una votación esta noche cambie las cosas. Pero una votación en el futuro sí podría”.
Pero incluso una simple moción para levantar la sesión se convirtió en una disputa en el hemiciclo, donde los demócratas y algunos republicanos insistían en una votación.
McCarthy, representante por California, prometió luchar hasta el final por el puesto de presidente a pesar del penoso espectáculo. Animadas discusiones privadas estallaron en el hemiciclo y en reuniones por todo el Capitolio entre partidarios y detractores de McCarthy en busca de una salida.
“Bueno, es el día de la marmota”, dijo la representante Kat Cammack, una republicana de Florida, al nominar a McCarthy en la sexta votación.
Y añadió: “A todos los estadounidenses que nos están viendo ahora: Los escuchamos. Y lo superaremos, por muy complicado que sea”.
Pero los conservadores de derecha, liderados por el Freedom Caucus y alineados con Donald Trump, parecían envalentonados por el enfrentamiento, aunque Trump respaldó públicamente a McCarthy,
“Este es en realidad un día vigorizante para Estados Unidos”, dijo el representante Byron Donalds, otro republicano de Florida, que fue nominado tres veces por sus colegas conservadores como alternativa. “Hay muchos miembros en la cámara que quieren tener conversaciones serias sobre cómo podemos poner fin a todo esto y elegir un presidente”.
La cámara empezó a trabajar a mediodía, pero no se puede hacer ningún otro trabajo —juramentar a los nuevos miembros, formar comisiones, abordar iniciativas de ley, investigar al gobierno de Biden— hasta que se elija al presidente.
“Sigo siendo el más votado”, dijo McCarthy al inicio de la sesión. “Al final, seremos capaces de conseguirlo”.
Pero la dinámica no cambió respecto al primer día, ya que los demócratas nominaron nuevamente a su líder, el representante Hakeem Jeffries, como presidente, y Donalds ofreció su desafío a McCarthy en otro momento histórico. Tanto Jeffries como Donalds son de raza negra.
“Este país necesita liderazgo”, dijo el representante republicano por Texas Chip Roy, destacando que era la primera vez en la historia que dos estadounidenses de raza negra eran propuestos para el puesto en disputa, y legisladores de ambos partidos se levantaron para aplaudir.
Es la primera vez en 100 años que un candidato a presidente de la Cámara de Representantes no es elegido en la primera votación, pero McCarthy no parecía inmutarse. Prometió luchar hasta el final.