SANTO DOMINGO.- Los medios de comunicación dominicanos desplegaban recientemente en grandes titulares el festival de millones de pesos declarados por funcionarios de este gobierno y los salientes de la pasada administración.
Impresionó conocer las grandes fortunas de mucha gente, en franco y abierto contraste con la situación de pobreza de infinidad de personas que en República Dominicana se deshace en medio de la miseria.
Las fotos que ilustran estos párrafos muestran una imagen de tristeza e infortunio de un joven adolescente, aparentemente indigente, que por alguna razón no ha conseguido la dicha de disfrutar de esa dignidad que debe ser inherente al ser humano.
Al borde de una acera, bajo riesgos de ser atropellado por el incontrolable y desorganizado tráfico vehicular, duerme en el desacomodo del pavimento, sin apartar de su lado el pan que logró conseguir, y que talvez no ha comido en espera de conseguir acompañarlo con algo más.
Las crudas imágenes, además, desnudan a cuerpo entero la desprotección por parte del Estado dominicano hacia niños y adolescentes que deambulan por calles y avenidas de nuestras ciudades, aun después de décadas de promesas electorales para dar un giro a un drama humano que aún no encuentra un final.
Además de la falta de una seria y decidida política gubernamental para contrarrestar esta desatención, es igualmente notable la carencia del espíritu solidario, un valor que ha entrado en profunda crisis en la República Dominicana.
El sector La Esperilla, en el Distrito Nacional, vio producirse este triste episodio, pero el mismo cuadro se presenta en distintos lugares y en diferentes ciudades del país.
Las fotos fueron tomadas por nuestro foto-reportero Daniel Duvergé.
Por: Luis Brito
