EFE
LIBANO.- La ONU advirtió este lunes de que la destrucción en el puerto de Beirut ha puesto en gran peligro el suministro de alimentos y adelantó que en dos semanas espera poder descargar 17.500 toneladas de harina para que el Líbano no se quede sin pan.
“Estamos tratando de que al menos parte del puerto esté operativa para traer trigo”, indicó desde Beirut David Beasley, el jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), durante una reunión por videoconferencia con los países de la ONU sobre la situación tras la explosión de la pasada semana en la capital libanesa.
Beasley recordó que el 85 por ciento de los alimentos que se consumen en el Líbano son importados y que el 85 por ciento de la harina que entra en el país llega a través del puerto de Beirut.
Según dijo, al PMA le preocupa especialmente que el cierre del puerto dispare el hambre en el país, por lo que ha convertido su reapertura parcial en una prioridad y espera que pueda lograrse en las próximas semanas.
Beasley indicó que su agencia suministrará en un plazo de dos semanas más de 17.500 toneladas de harina de trigo, lo que sería suficiente para poner pan en la mesa de todos los libaneses durante unos 20 días.
Mientras, se preparan ya otros dos envíos posteriores con harina para cubrir las necesidades durante uno y dos meses, respectivamente.
Tres aviones del PMA han llegado ya a Beirut con material para, entre otras cosas, levantar almacenes temporales en el puerto de la ciudad, según explicó Beasley.
En la misma reunión, el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, alabó la respuesta de emergencia por parte de la comunidad internacional, pero advirtió de que la reconstrucción costará miles de millones de dólares y requerirá un amplio apoyo.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, por su parte, aprovechó la cita para pedir una “investigación creíble y transparente” para determinar las causas de la explosión “y lograr la rendición de cuentas que demanda el pueblo libanés”.
Guterres dijo que la comunidad internacional apoyará sin duda al Líbano, pero subrayó que el país también debe impulsar reformas para responder a las necesidades de su población a más largo plazo.
Además de un gran número de muertos y heridos y una enorme destrucción, la deflagración ha reavivado las protestas iniciadas en octubre pasado para pedir la dimisión de toda la clase dirigente y ha desembocado este lunes en la caída del frágil Gobierno liderado por el primer ministro Hasan Diab. EFE