Me sorprendió este jueves 25 de junio en curso, y creo que a más de medio país también, el anuncio que con bombos y platillos señalaba que el señor presidente de la República se tiraba a las calles para dirigir lo que resta de campaña de su candidato a la primera magistratura de la Nacion.
El primer ejecutivo del país deja su aislamiento sanitario total durante la pandemia COVID-19 para tratar de revertir lo que a todas luces es una indetenible tendencia electoral en cada habitante de la isla. Sus asesores políticos cansados de inventar estrategias con su candidato presidencial, sin éxito alguno, han colocado en una difícil situación a un gobernante que ha perdido toda credibilidad ante la sociedad dominicana.
Este último recurso, que aparentemente persigue motivar la población votante hacia su candidato presidencial, ha caído de muy mal gusto, pues ha dejado bien claro que sus intereses políticos están por encima de la salud del pueblo dominicano. Puede ahora el señor presidente de la República, tres meses después de la pandemia , tirarse a las calles a buscar votos para su fallido candidato, y no podía hacerlo antes para atender las necesidades de una población indefensa.
Aparentemente, ninguno de sus asistentes y asesores políticos, le alertó sobre la necesidad de salir a las calles a tiempo, y ponerse al frente de la acción del gobierno para mitigar los efectos de la pandemia en la masa poblacional más vulnerable del país, que como el sabe, tiene una decidida intención de ejercer su derecho al voto.
Todo lo contrario, Danilo Medina decidió con las sugerencias de estos, enquistarse en su castillo de ocho años. Ahora desea que la voluntad popular lo premie el domingo 05 de julio, pero según las encuestas publicadas y el contacto popular en barrios y ciudades, su partido saldrá del poder y en primera vuelta.
El Presidente de la República que podía ponerse un traje sanitario y salir a las calles uno o dos meses atrás, para llevar a los sectores marginados de la ciudad capital y el interior del país, esperanza y consuelo ante los efectos de la pandemia y su maltrecha situación económica, decidió como en el ajedrez jugar al enrosque. Esa estrategia en el juego-ciencia procura dejar para otra ocasión la ofensiva en progreso, siempre y cuando las circunstancias ofensivas te favorezcan. En esta partida su enfrentamiento político no es contra un gran maestro internacional, es contra una población indignada y frustrada, compuesta por más de 10 millones de habitantes.
Cuanta indolencia señor presidente contra un pueblo que le dio la oportunidad de gobernarlo en dos ocasiones. Ese pueblo que durante sus ocho años de gobierno ha sido sometido a la más despiadada ola de corrupcion estatal ha decidido cambiar de rumbo político. Esa favorable decisión se fundamenta en los cientos de casos de robo descarado a los bienes de la Nacion que han sido documentados y publicados en los medios de comunicación del país, sin que usted o el ministerio público hayan iniciado acción legal contra esos desfalcadores.
Todavía en plena crisis sanitaria , su gobierno continúa dando muestras de su insensibilidad hacia el pueblo, pues con los recursos donados por organismos internacionales, así como aquellos que por la cuarentena decretada por usted, han entregado empresas privadas, y han transferido instituciones estatales a la comisión presidencial de combate a la pandemia, se han favorecido empresas fantasmas o formadas al vapor, por amigos de su anillo palaciego.
Lo extraordinario del hecho, no solo es la asignación medalaganaria de compras y contrataciones para insumos sanitarios, si no la aberrante sobrevaloracion que con cargo a los recursos del país, han autorizado funcionarios bajo su autoridad directa. Hemos visto en los medios de comunicación Suplidores no tradicionales del sector salud, que con exagerada vehemencia persiguen quedarse con los cuartos de una Nacion que durante sus ocho años de gobierno, a sido sometida a la más salvaje y funesta presión económica.
Quisas resulta risible para usted y su equipo de confianza, burlar una población indefensa, carente de recursos para cubrir sus necesidades básicas de alimentación y salud. Por lo menos ese es el clamor que externa la gente común, la gente del barrio, de los pueblos, a través de las redes sociales, la llamada telefónica, o la conversación personal, sobre ese vendaval de compras públicas que sin cumplir las normas institucionales para ello, ha llevado a cabo su gestión de gobierno.
Pensé que usted en algún momento de la pandemia se pondría a la altura de los grandes jefes de estado del mundo en tiempos de crisis. Cuan desconcertada está la Sociedad Dominicana de usted y su gobierno, porque en vez de atender con determinación un problema grave de salud, alimentación y dinero, deja en manos de un perverso comerciante la distribución oportunista de alimentos e insumos que nada aportan a la solución de sus más sentidas carencias.
Bajo las presentes circunstancias que en ningún sentido favorecen su gobierno, y mucho menos, su candidato presidencial, lo atinado es que usted continúe refugiado en su confortable búnker presidencial, junto a Peralta y Gustavo, preparando los informes correspondientes al traspaso de mando del 16 de agosto.
Agustin Cortès Robles
Junio 26, 2020.-
