Un somalí escapó a la pena de muerte por violación y asesinato de una niña de 12 años, tras pagar 75 camellos a su familia, informa este jueves Reuters.
Aisha Ilyes Aden fue secuestrada en febrero del 2019 en un mercado de la localidad somalí de Galcaio. Tres hombres la violaron en grupo, le mutilaron genitales y luego la estrangularon hasta la muerte.
Su caso desató una oleada de indignación y provocó manifestaciones en toda Somalia, donde activistas exigieron endurecer las leyes contra los crímenes sexuales.
Las tres personas que atacaron a Aisha Ilyes Aden fueron condenadas a pena de muerte en el 2019 y dos de ellas fueron fusiladas este mes, mientras que el tercero logró evitar el castigo.
En mayo pasado, los agresores fueron condenados a muerte y dos de ellos fueron fusilados este mes en una plaza de la ciudad de Bossasso, mientras que el tercero, Abdisalan Abdirahman, siguió con vida. Las autoridades no explicaron por qué no se llevó a cabo su ejecución, pero el 20 de febrero el delincuente salió en libertad, señaló un familiar de la menor.
Impunidad para los delitos sexuales
Esto ocurrió después de que Abdirahman pagara a la familia de la víctima 75 camellos como compensación por su crimen. En ese contexto, la agencia aclara que las violaciones a menudo se quedan sin castigo en este país del Cuerno de África, añadiendo que las tradiciones también obligan a las víctimas a aceptar una compensación —por lo general en forma de camellos o ganado— y a casarse con el atacante.
Por su parte, Ubah Mohamed, del grupo que defiende los derechos de mujeres Somalia Gender Hub, precisó que «está decepcionada» por la liberación del delincuente. «En Puntlandia y en Somalia en general las víctimas de violación no consiguen justicia debido a la participación de líderes tradicionales», afirmó.
«Estoy en contra de que estas cuestiones sean manejadas a través de las leyes y tradiciones consuetudinarias. Esto es uno de los mayores problemas de nuestro sistema judicial y socava los derechos de mujeres y niñas«, subrayó.
La región semiautónoma Puntlandia, donde fue cometido el crimen, en 2016 se convirtió en la primera región de Somalia donde fue adoptada una ley que penaliza los delitos sexuales. La sentencia contra los atacantes de Aisha Ilyes Aden fue la primera en la región por este tipo de delitos.