Las lágrimas de emoción, la algarabía y el agradecimiento a Dios se esparcieron ayer en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, desde el momento en que un representante del ministerio público informó al juez Vladimir Rosario García que estaban ordenando la libertad, pura y simple, del coronel Ramón Antonio Guzmán Peralta, y del técnico de Claro, Manuel Regalado, quienes fueron arrestados por su presunta vinculación con el sabotaje de las suspendidas elecciones del 16 de febrero.
En el momento en que el ministerio público anunció la decisión, en audiencia, el juez de la novena sala penal del Distrito Nacional iba a dar su veredicto sobre una solicitud de declinatoria, por incompetencia del tribunal, presentada por los fiscales, sobre una acción de habeas corpus que interpuso el coronel, alegando ilegalidad de la prisión.
Luego que los fiscales anunciaron que el proceso puede continuar estando los acusados en libertad, el juez Vladimir Rosario García dispuso la inmediata libertad, desde el salón de audiencia, del coronel Guzmán Peralta, estableciendo que la acción de habeas corpus deviene en falta de objeto, por lo que ordenó el archivo definitivo del caso.
Tan pronto concluyó la audiencia, parientes del coronel y del técnico estallaron en llantos y alegría. A varios de ellos se les vio llorar de felicidad. Cuando salió de la sala de audiencia, el coronel Guzmán Peralta guardó silencio, y su abogado, Antoliano Peralta precisó que al ser un oficial de la Policía Nacional, solo podía hablar con autorización de sus superiores.
Su hermana, Cruz Guzmán, expresó satisfacción por la puesta en libertad y agradeció a Dios, porque nunca los abandonó.
El técnico de Claro recobró su libertad más tarde, ya que cuando el ministerio público anunció la decisión, estaba recluido en la cárcel del palacio de Justicia de Ciudad Nueva, ubicado en el cuarto piso, de donde bajó cojeando por la lesión en el pie derecho, y con una venda en el brazo izquierdo, por los golpes que dijo había recibido en la Policía Nacional después que fue interrogado en la primera ocasión.
“¡Dios, Patria y Libertad!”, exclamó en reiteradas ocasiones el técnico de la empresa de telecomunicaciones mientras abandonaba el Palacio de Justicia, a la vez que agradecía a Dios.
Dos hermanos del técnico, Glenys y Javier Regalado, lloraban de emoción. “Estamos más que satisfechos, agradecemos a Dios”, manifestó Javier.
Prisión ilegal
Previo a disponer la libertad de los dos acusados, el ministerio público había pedido al juez que declinara la acción de habeas corpus al Tribunal Superior Electoral (TSE), por tratarse de un caso de delito electoral, pero el magistrado no llegó a pronunciarse sobre esa solicitud.
El abogado del coronel, Antoliano Peralta se había opuesto a la declinatoria, porque consideró que los delitos denunciados son ajenos al proceso electoral.
Previo a su puesta en libertad, el técnico de claro también había interpuesto una acción de habeas corpus, pero por ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).
Derechos humanos
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, acudió al Tribunal para demandar la puesta en libertad del coronel y del técnico, que considera son inocentes, a la vez que denunció que la prisión era ilegal.
“Responsabilizamos tanto al presidente Danilo Medina como el procurador Jean Alain Rodríguez de utilizar esas dos personas como chivos expiatorios a los fines de ocultar los verdaderos responsables de los hechos ocurridos el pasado 16 de febrero, con el intento de perpetrar un fraude electoral”, señaló María Mercedes, dirigente de los Derechos Humanos.
por . Wanda Méndez