Llegar al vertedero de Duquesa es arduo. Consta de vías que no se pueden considerar calles, porque la abundancia de barro, hoyos y las zanjas le dan más apariencia de caminos, unas condiciones temidas hasta por choferes de camiones, que evitan con sacrificios quedar atascados.
Por estas vías transitan cotidianamente, además de camiones y unidades cargadas de desechos, miles de personas, a pie y en motocicletas, que califican el vertedero como su zona de trabajo y la única posibilidad seria de sustentar sus vidas.
Esta travesía por caminos irregulares es solo el inicio para los trabajadores informales, conocidos popularmente como “buzos”, que diariamente se sumergen entre lo que algunos desechan como basura, para buscar objetos que les generen ganancias.
“Las condiciones de los caminos es lo de menos”, dice Horacio, uno de los buzos que descansa durante su hora de almuerzo. Sin titubeos, este hombre levanta su mirada y señala la montaña de basura que da la bienvenida a aquellos que atraviesan la puerta hacia el enorme espacio: “Ahí inicia el verdadero fuete”.
Sentado en unas escalinatas de concreto, que sirven de asiento y punto de descanso para los buzos, Horacio y otros trabajadores informales del vertedero abren sus ojos en señal de sorpresa, mirándose entre ellos al escuchar sobre el reciente decreto del presidente Danilo Medina, que ordena el “cierre técnico” del vertedero de Duquesa.
Un cierre técnico
“A nosotros nunca nos dijeron nada; si no fuera por usted tal vez no nos hubiéramos enterado cuándo cierran esto aquí”, comenta Horacio.
Momentos previos a enterarse de la noticia que les cambiaría su rostro, Horacio y Chipile, como se identificaron dos de ellos, reconociendo además su origen haitiano, conversaban y reían con José y Pedro, dos dominicanos que también hacen de buzos.
Desde 2001, Horacio mantiene ese oficio, con el que ayuda a sustentar su casa y familia, en base a las ganancias que obtenidas a partir de labores de reciclaje. “Ya son muchos años aquí, 19 para ser específico; no sé qué haría si se cierra esto”, dice Horacio.
Luego, dejando notar señales de molestia en su voz, Horacio se pregunta: “¿Qué va a hacer Danilo Medina con los más de cinco mil personas que vienen a trabajar diario aquí?”.
De acuerdo a Horacio, confirmado por los demás socios que lo rodean y escuchan atentamente sus declaraciones a un equipo de Listín Diario, alrededor de 5,000 buzos se sumergen diariamente entre los desechos de Duquesa.
Esta labor de recolectar cosas entre millones de desechos que son llevados allí desde los hogares del Gran Santo Domingo, entre estos materiales como plástico, metal, alambre y vidrio, que pueden generarles ganancias de hasta RD$30,000 en “un mes bueno”, mientras que, en el peor de los escenarios, pueden llegar a reunir cerca de RD$10,000, lo que se puede traducir a un salario mínimo en el sector público.
Esta labor que realizan los aproximadamente 5,000 buzos mueve su economía personal y el de las recicladoras próximas a la zona, que se sustentan en base a los materiales que suministran estos trabajadores informales de Duquesa.
Condiciones laborales
A pesar de las ganancias provenientes de la recolección y reciclaje de basura, las condiciones laborales que deben aguantar los buzos son desagradables.
Dejando de lado los tortuosos caminos para llegar a la zona, los buzos tienen que soportar el hedor pestilente que se desprende de las toneladas de desechos acumulados, la luz solar que les quema la piel, por lo que deben estar forzosamente cubiertos, siendo esto un arma de doble filo, porque las vestimentas improvisadas que utilizan provocan un “calor imposible”, según describen los buzos; argumenta, sin embargo, que “uno se acostumbra con el tiempo”.
Estas cuestiones quedan estrictamente en el plano de la salud, pero estos buzos que trabajan en condiciones infrahumanas tienen que pagar eventualmente un “peaje” para entrar.
Chipile, quien comenta sobre esta situación, alega que cada tiempo los buzos deben darle algo de dinero a las personas que administran o vigilan el lugar, la única manera de poder entrar a realizar sus labores.
“Nos cobran a veces para dejarnos entrar. No es mucho, pero eso a veces nos sirve para completar una comida”, explica Chipile.
DISPOSICIÓN
Decreto 21-20
Comisión Presidencial.
El decreto crea esta comisión para la reestructuración del vertedero a cielo abierto de Duquesa.
Cierre, rehabilitación y planificación.
Entre sus acciones, la comisión deberá rehabilitar el sitio donde opera el vertedero de Duquesa, implementar el cierre técnico y planificar la construcción de un relleno sanitario.
por . Paul Mathiasen