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jueves, noviembre 21, 2024

Hollande: “El problema de Haití es la estabilidad política y la dificultad de usar la ayuda que es aportada a ese país”

De lectura obligatoria

Brenda Guerrero
Brenda Guerrero
Periodista

Dos años después de haber abandonado el poder en Francia, hundido junto a su partido en el más crítico nivel de impopularidad, François Hollande ha sacado una lección de vida: “Quien quiere gobernar solo, acaba solo”.

Hollande, de 65 años, quedó convencido de que la mejor clave para gobernar es la de “tomar decisiones acompañado, aconsejado y estar en diálogo con los representantes de la sociedad”. 

El mayor riesgo al que se expone un presidente que toma solo las decisiones es terminar siendo “el único blanco de la cólera” del pueblo.  

Hollande, en cuyo mandato del 2012 al 2017 se registró la mayor cadena de atentados terroristas que causaron 230 muertes en Francia,  pagó el precio del rechazo  popular desistiendo de ir a la reelección, como se lo permitía la Constitución.

“Como presidente atravesé pruebas terribles de terrorismo, pero me siento orgulloso de  que el país tuvo confianza en sus dirigentes para tomar las mejores decisiones”, dice. 

Esta fue la conversación del expresidente con directores de cinco medios de comunicación del país:

Estoy aquí en República Dominicana por un poco más de dos días, le agradezco a su embajador de Francia por haber organizado este reencuentro, así como la embajadora de República Dominicana en París, y con la participación del expresidente del Senado francés por haber jugado un papel importante en este encuentro.

Quería venir a República Dominicana, porque mientras fui presidente no tuve la oportunidad de venir. Tenía remordimiento de no haber visitado este país sobre todo por las relaciones de Francia con República Dominicana y viceversa. La República Dominicana ha jugado un rol en la región para la estabilidad, de dialogo, y que ha permitido también a empresas francesas que trabajen en beneficio de todos. Yo no olvido la importancia turística que representa la isla para los franceses. Vine de Cuba donde las condiciones del bloqueo dificultan la vida allá.

Iré a Nueva York donde tendré reuniones con personalidades internacionales y quiero utilizar el tiempo que me han dado en República Dominicana para comprender bien la evolución que ha ocurrido en toda América Latina.

¿Cómo entiende RD puede ser un buen puente con Francia  para incrementar el comercio de FR con todo el Caribe?

Es una de las razones por las cuales estoy aquí para convencer a las empresas francesas de invertir en República Dominicana. Está el turismo que es una manera de atraer a operadores y es un punto de partida, pero hay servicios que pueden ser importados por empresas francesas, pero también hay productos que la República Dominicana podría vender a nuestro país y otras partes de Europa. Ayer tuve la oportunidad de reunirme con el presidente de la Cámara de Comercio, quien me mencionó algunos proyectos que podrían ser traídos el mes próximo, al igual por la cena ofrecida por la embajadora dominicana en Francia tuve la oportunidad de conversar con empresarios dominicanos que tienen interés y potencial para invertir en Francia y para desarrollar nuevos negocios.

El objetivo es poder crear capacidad de producción aquí en República Dominicana y poder emplear una mano de obra dominicana, y que sea un factor de exportación para su país.

Sobre las protestas de los chalecos amarrillos

Tiene razón, este fenómeno es mundial, y ha tocado países que no habían sido conocidos por tener manifestaciones, protestas, algunas veces con una movilización de cólera violenta.

Usted ha mencionado países de Latinoamérica, Chile en particular, pero usted no habló del Líbano, Irak e Irán que han protestado por el precio de los combustibles.

En Francia ocurrió lo mismo con un movimiento que no está enmarcado por fuerzas sindicales, que no tiene salida política clara, que fue fundado bajo la austeridad extrema producida por todo el mundo que los gobiernos han aprendido de los políticos.

Hay dos demandas que surgen después de estos movimientos: el poder adquisitivo y la lucha contra la desigualdad,  y la aspiración democrática para tomar decisiones que puedan estar más de cerca con la población.  En Chile propusieron la revisión de la Constitución; en Francia ha sido la organización de un gran debate.

Y el problema es cómo evitar la violencia. Mi reflexión es que las grandes formaciones, los sindicatos, las fuerzas políticas y los partidos políticos podrían también enmarcar estas reivindicaciones a la población.

¿Qué hubiese hecho de ser presidente al momento de las protestas?

Es una pregunta que me hacen mucho en Francia y yo digo que yo enfrenté un movimiento, no tan fuerte, pero que protestó por las cuestiones de los combustibles, de los impuestos del transporte, y en ese caso en específico responder rápido para evitar que el movimiento tomara otras reivindicaciones y que se hiciera difícil detenerlos.

La segunda respuesta es proponer un dialogo social con las fuerzas más legitimas como los sindicatos, partidos políticos y patronatos para que la población no se sienta desamparada y preparada para utilizar la violencia. Estamos hablando de un movimiento que no tiene un líder, que no tiene un jefe, un movimiento que ha sido considerado como un resultado de la movilización.

Y si ponemos un ejemplo para Francia de los Chalecos Amarrillos es un movimiento que se repite después de un año, con una participación cada vez menor pero que nunca encuentra su salida. Los movimientos tienen un principio, una causa, una finalidad, una negoción y un resultado.

Su visita Haití

Fui a Haití después de haber inaugurado un acto memorial, y evoqué una forma que Francia ha suscrito para Haití.

Yo había ido a Haití pero no hablé de indemnización como tal sino de desbloquear fondos para ayudar en los temas educativos y sociales para ayudar al pueblo haitiano.

El problema de Haití es la estabilidad política y también la dificultad de usar la ayuda que es aportada a ese país. Es por eso que Francia prefiere actuar con proyectos precisos con organizaciones que puedan utilizar mejor el dinero que podemos movilizar.

Pero no podemos dejar que la situación siga empeorando como ocurre ahora. Primero, por los mismos haitianos con la violencia que está cada vez más mortífera; también el problema de la inmigración que ustedes conocen bien aquí, y para finalizar con las instituciones que no permiten sacar a una autoridad. Así que la comunidad internacional, Europa, Francia, tienen una obligación con Haití, pero los dirigentes de Haití también tienen obligaciones.

Quería viajar a Haití para enviar ese mensaje y promesas que hice en ese momento se están honrando ahora bajo las modalidades que acabo de explicar.

Las dificultades que tiene la Unión Europa hoy

Usted tiene razón de mencionar las dificultades que tiene la Unión Europea hoy en día, que es un problema no solo para los europeos también para el mundo entero. Inclusive para aquellos países de América Latina que miran hacia Europa y que quieren acuerdos comerciales con Europa.

Entonces, el problema no es que hay países que quieran salirse de Europa, el ejemplo del Brexit es suficiente claro para desalentar a los países que quieran salirse de Europa. Los problemas que tenemos ahora en Europa es que muchos países, que son más nacionalistas, no quieren compartir sus nuevas competencias con sus vecinos, y quieren mantenerse dentro de Europa en lo que está ahora, y no hacerla avanzar.

Otro problema es la estabilidad política en Europa: España, Alemania (con la salida de Ángela Merkel), Italia que ha conocido varias soluciones gubernamentales, Francia que está en elecciones en cada año, no permiten que avance Europa, porque cada uno espera al otro. Los alemanes esperan a los franceses, los franceses a los alemanes y nunca es un buen momento. Y usted tiene razón, el futuro de Europa es el futuro de la pareja franco alemana.

Deseo que Francia y Alemania puedan reencontrar confianza en sus relaciones, y tener proyectos en común en los temas industriales, ecológicos, y de la defensa.

Una realidad nueva es que los Estados Unidos, en su mayoría Donald Trump, ya no son tan protectores de la Unión Europea. Desde ese punto de vista, Donald Trump no se da cuenta del servicio que puede dar a la UE. Su discurso y su voluntad de retiro  de la seguridad europea obligan a los europeos a ser más solidarios.

De todos modos, no sé quién será elegido en Estados Unidos al final del año próximo, pero creo que es una evolución inscrita de parte de Estados Unidos que se separa cada vez más de Europa, y que hace a Europa más fuerte. Es la posición de Francia de manera constante.

La guerra comercial entre EE.UU y China

En una guerra comercial nada más hay perdedores. Los Estados Unidos así como China tendrán que asumir las consecuencias en su crecimiento, y es verificable. El crecimiento en China al igual que el de Estados Unidos está en descenso, y en Europa, Alemania, reconoce también un impacto negativo en su crecimiento económico, eso a causa de la guerra comercial.

Por lo tanto, yo pienso que una medida que podría tomarse cerca de las elecciones americanas, la voluntad de Trump, si se convierte en racional, será de encontrar un acuerdo.

También hay que entender que la opinión pública se vuelve cada vez más reticente con los acuerdos comerciales. Lo hemos visto cuando se hizo un acuerdo entre la UE y Mercosur, eso hizo oposiciones de los medios agrícolas pero también medioambientales. Yo estoy de acuerdo con los acuerdos comerciales, pero deben ser justificados frente a la opinión pública.

En 2015 y 2016 la Unión Europea conoció un flujo enorme de migrantes, de Turquía y de Libia, y eso ha creado crispaciones fuertes en varios gobiernos principalmente en la Europa del Este, y la subida de la extrema derecha en toda Europa del Este.

Ahora hay menos refugiados que llegan y la cuestión migratoria sigue siendo un tema muy político.

Algunos países en Europa necesitan migrantes para su mano de obra, lo que explica que Alemania haya acogido muchos refugiados, pero otros como Francia tienen primero un problema de desempleo, pero lo que Europa debe preservar es el asilo, porque es un valor fundamental de la misma creación de la Unión Europea, y lo que la extrema derecha trata de volver a poner en el escenario es eso.

En segundo lugar, la fuente  de la inmigración ahora mismo más frecuente es la africana, que ha sido provocada mayormente por los conflictos, y también  África del Oeste por el terrorismo islamista, es provocado por el cambio climático y provocado por una demografía fuerte de África: la ausencia de empleo entre los jóvenes.

La Unión Europea debe también tratar esa cuestión con los africanos.

Pienso que es menos en el plano económico que está en dificultad que por razones políticas porque si los migrantes fueron más numerosos yo creo que los grupos de extrema derecha utilizarían esa situación.

Debemos manejar en conjunto la situación migratoria; tenemos un deber con las personas que buscan asilo porque temen por su vida y se está teniendo unos guardias fronteras para el control de la migración clandestina.

El papel de los líderes en este contexto

Una de las dificultades es dar confianza a la población, es un gran problema para la democracia. Como presidente atravesé pruebas terribles de terrorismo y estuve orgulloso de que el país tuvo confianza con los dirigentes para tomar las mejores decisiones.

En el plano económico pienso mucho de los países, el mío en particular, que tuvieron mucho sacrificio, para asegurar la competitividad. Y para ver el sufrimiento de un territorio entero que estuvo tocado por la desindustrialización y la población que está en la precariedad.

Esas personas son las que se alejan de la democracia, y dudan de la eficacidad de la política, lo que es un problema para los dirigentes.

¿Qué tendría de bueno ser dirigente?

Yo creo es una pregunta legítima pero podría desalentar a quienes pretendan en un futuro convertirse en presidentes, pero quizá porque no saben qué es ser presidente.

Lo más raro es que los antiguos presidentes vuelven a ser candidatos.  

Somos todavía más populares cuando no estamos en el poder, y todavía más impopulares cuando nos quedamos.

El modelo de reelección presidencial

Es mejor no hacer recomendación, a cualquier país que sea.

He reflexionado que es bueno que un presidente tenga la posibilidad de reelegirse en una ocasión, pienso que es necesario no tanto por él mismo sino por la democracia, después puede que se presente, que gane o que pierda, pero es bueno que tenga la posibilidad de dos mandatos.

Es mi reflexión para las instituciones. En Francia, en nuestro caso, un presidente tiene la opción de poder reelegirse una vez.

Le puede decir cómo es el derecho constitucional en Francia: un presidente puede relegirse una vez, después para, y después puede volver nueva vez a ser candidato. En Francia nunca ha pasado, pero es constitucionalmente algo que se puede.

Es del pueblo decidirlo.

Una frase  del libro dice “Quien quiere gobernar solo, acaba solo”

Quien lidera está solo al tomar la decisión. Es él quien tiene que tomar la decisión. Por tal razón él debe estar acompañado, aconsejado, estar en dialogo con los representantes de la sociedad.

Lo que diría es que la función de los dirigentes los aleja de los demás. Para evitar estar solo para tomar las decisiones, debe haber dialogo y participación.

Porque el riesgo luego es ser el único blanco de la cólera.

Es más difícil dirigir ahora que hace 20 años, porque los grandes partidos políticos, los de derecha y los de izquierda, han perdido su credibilidad.

Porque la mundialización hace que el poder de un dirigente se límite, y porque las redes sociales han cambiado la relación del ciudadano con sus dirigentes.

Hay movimientos para ese tipo de espontaneidades que pueden ser organizados en las redes sociales.

Hay comunidades que se forman gracias a las redes sociales, y hay una forma de violencia a través de las opiniones y comentarios que se forman en las redes sociales, muchas veces en contra del poder.

Cómo se hace un dirigente para justificar su rol en el plano internacional.

Lo que hice con los acuerdos del clima en París, que demostré que hay un momento para tomar decisiones internacionales.

También para mostrar que hay diferencias en la política, que no todo es igual. Que la derecha, la izquierda, la extrema derecha, la extrema izquierda no son iguales. Pero a condición de renovar el pensamiento y no repetirlo.

Y finalmente de demostrar mucha humanidad en el método de dirección, del dialogo, porque el ciudadano de hoy en día tiene la misma nivel de información que los dirigentes.

Sobre los partidos políticos en Francia…

Si no se reinventan morirán, porque es una cultura, una tradición que se transmite de generación en generación de un gran partido a otro.

Las ideologías han estado en el centro de la duda. Y los grandes partidos han pensado si estarían de manera alternativa en el poder.

Ahora mismo en Europa hay nuevos partidos que nacen, o a través de personalidades como vivimos en Francia, o en Italia con los movimientos en las redes sociales, o del partido ecológico que utilizan el miedo a una catástrofe para movilizar a las poblaciones más jóvenes. Lo vemos con la extrema derecha, en Europa, que influencia notablemente en las categorías más populares, las que por muchos años votaron por la izquierda.

Frente a esos movimientos los partidos conservadores o socialdemócratas deben de renovarse, porque si no los países van a ser cada vez más difíciles de gobernar.

Si ponemos el ejemplo de Estados Unidos vemos cómo los enfrentamientos de hoy día entre la población era algo poco visible hace algunos años.

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