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El presidente Donald Trump dijo ayer que probablemente será examinado para el coronavirus “bastante pronto”, mientras surgían preguntas en torno a por qué el presidente, sus principales asesores y su familia no estaban haciendo más para protegerse a sí mismos y a otros contra el COVID-19.
Trump estuvo el fin de semana pasado con un alto funcionario brasileño que dio positivo al virus tras regresar a su país luego de visitar Mar-a-Lago, el club privado del mandatario en Florida. Y el viernes por la noche se reportó que una segunda persona que visitó el club el fin de semana también dio positivo, según un funcionario republicano que habló a condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre asuntos de salud privados.
Esa segunda persona acudió el domingo a un evento de recaudación de fondos para Trump en Mar-a-Lago.
Dadas las repetidas exposiciones directas e indirectas, Trump se puso a la defensiva e insistió en que no necesitaba aislarse porque no presentaba síntomas. Pero admitió que “muy probablemente” se sometería a las pruebas después de que se supo que el alto funcionario brasileño está enfermo.
Al mismo tiempo, Trump continuó eludiendo el consejo de los funcionarios de salud pública al estrechar manos pública y repetidamente durante un discurso en la Casa Blanca sobre las medidas para combatir la pandemia. En el mismo evento, afirmó que “cualquier persona puede ser portadora del virus” y corre el riesgo de infectar a los adultos mayores y a otras personas vulnerables.
El presidente, según dos personas cercanas a la Casa Blanca, se ha resistido a tomar el examen por temor a que proyecte debilidad o preocupación. Trump ha querido proyectar la imagen de que tiene el control total durante la crisis, especialmente mientras intenta calmar los mercados bursátiles en medio de caídas históricas, y ha expresado su preocupación de que tomar medidas personales pudiera socavar eso.
Trump continuó enfatizando el viernes que no está mostrando ningún síntoma de infección, pero eludió las preguntas sobre si estaba siendo egoísta al negarse a aislarse cuando otros que han tenido una exposición similar han optado por evitar infectar a otros. Cuando se le preguntó qué consejo deberían escuchar las personas con una exposición similar, Trump dijo: “Creo que tienen que escuchar a sus médicos”.
El mandatario también ha tenido contacto repetido con legisladores que estuvieron expuestos a personas que luego dieron positivo y optaron por ponerse en cuarentena voluntaria.
Mientras los funcionarios de la Casa Blanca trabajaban para determinar el nivel de exposición del presidente y sus asesores, Trump ofreció una conferencia de prensa por la tarde y anunció que estaba declarando una emergencia nacional, algo que había sido reacio a hacer por temor a que sacudiera aún más los mercados, y dio a conocer una nueva asociación público-privada para ampliar las capacidades para hacer pruebas de detección del coronavirus.
Aun así, dijo que “no queremos que todos tomen esta prueba”, y agregó: “Es totalmente innecesario. Esto pasará.”
El presidente se ha negado a hacerse la prueba del virus o a limitar su contacto con otros, sin manifestar preocupación por la posible exposición, mientras la Casa Blanca insistía en que estaban siguiendo las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Les dijo a los periodistas el jueves que “no estaba preocupado” y agregó el viernes que “no tenemos síntomas de ningún tipo”.
Y aunque se negó a modificar su propio comportamiento, incluyendo el seguir estrechando manos, Trump le dijo a la nación que “debemos tomar todas las precauciones” y ser “responsables de las acciones” que tomamos y vemos que otros toman.
Trump pasó tiempo el fin de semana pasado con el director de comunicaciones del presidente brasileño Jair Bolsonaro, Fábio Wajngarten, quien dio positivo al coronavirus pocos días después del encuentro. Wajngarten posó para una foto con Trump en Mar-a-Lago y asistió a una fiesta de cumpleaños para Kimberly Guilfoyle, quien está saliendo con el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr. El presidente también asistió a la fiesta. También se temía que Bolsonaro pudiera tener el virus, pero el viernes dijo que había dado negativo en una prueba.
La Casa Blanca enfatizó que Trump y el vicepresidente Mike Pence “casi no tuvieron interacciones con el individuo que dio positivo y no requiere que se les haga en este momento”.
Además del funcionario brasileño, algunos miembros del gabinete de Trump, incluido el secretario de Justicia William Barr y la hija y asesora principal de Trump, Ivanka, se reunieron la semana pasada con un ministro del gabinete australiano, quien el viernes dio positivo al virus.
El ministro de Asuntos Internos, Peter Dutton, dijo que se despertó con fiebre y dolor de garganta el viernes, una semana después de su reunión con los estadounidenses.
El portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, dijo que Ivanka Trump trabajó desde su casa el viernes “por precaución”, pero dijo que Dutton había estado asintomático durante su interacción y que la Unidad Médica de la Casa Blanca determinó que “no exhibía síntomas y no necesita cuarentena.”
Los CDC aconsejan a aquellos que han estado en “contacto cercano con una persona con COVID-19 sintomático confirmado por laboratorio” que permanezcan en casa y practiquen el distanciamiento social.
Las personas no muestran síntomas inmediatamente después de la exposición al virus. Hay un período de incubación de dos a 14 días. Sin embargo, no todas las exposiciones ponen automáticamente a las personas en riesgo de infección: los CDC no consideran riesgoso pasar junto a alguien con el virus o estar brevemente en la misma habitación con ellos. Los CDC se preocupan más por el contacto cercano, que define como que un enfermo tosa frente a uno o estar a menos de 2 metros de distancia por un período prolongado.