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martes, febrero 4, 2025

La economía dominicana frente al nuevo escenario internacional

De lectura obligatoria

Brenda Guerrero
Brenda Guerrero
Periodista

Por: Elisa Vilorio de Painter y Julio Andújar Scheker

La economía dominicana cerró el año 2024 en una nota positiva con alto crecimiento, inflación controlada y niveles de empleos nunca vistos en la historia del país. En efecto, el producto interno bruto (PIB) creció 5.0 %, la tasa más alta en toda América Latina, mientras la inflación interanual se ubicó en 3.35 % una de las más bajas de la región. En el mercado laboral se generaron durante el último año más de 140,000 empleos formales, lo que contribuyó a que el número de ocupados en el país superará los 5 millones de personas con una tasa de desempleo de apenas 5.3 %.

El desempeño macroeconómico y el fortalecimiento de los fundamentos de la economía dominicana el pasado año fueron reconocidos por la comunidad internacional, tanto por las agencias calificadoras de riesgo como por los inversionistas. En ese sentido, Fitch y Standard & Poor’s ratificaron sus calificaciones respectivas de BB- y BB, a la vez que confirmaron las perspectivas de riesgo como positivas y estables. Por otro lado, la confianza de los inversionistas internacionales en el futuro del país se ha reflejado en flujos de inversión extranjera directa (IED) que superaron los USD 4,000 millones en los últimos tres años y que en 2024 ascendieron a USD 4,512 millones, monto suficiente para cubrir en su totalidad el déficit de la cuenta corriente.

No obstante estos resultados positivos, la economía dominicana en 2025 estaría operando en un contexto internacional caracterizado por alta volatilidad, riesgos geopolíticos e incertidumbre en torno a las políticas económicas, comerciales y migratorias del nuevo Gobierno del presidente Trump. Dado lo complejo del entorno internacional y con el objetivo de mantener informados a los agentes económicos y al público en general, desde la oficina de la Asesoría del Banco Central de la República Dominicana presentamos un análisis sobre los principales factores que están gravitando en el comportamiento de la economía mundial y los retos y oportunidades que presentan para la economía dominicana, su crecimiento y su estabilidad.

  1. Retos y oportunidades para la economía dominicana en el nuevo entorno internacional

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial crecería 3.3 % en 2025, impulsada por una mayor expansión de las economías avanzadas. Este escenario, sin embargo, viene acompañado de riesgos relacionados con alta incertidumbre en la política comercial y migratoria de Estados Unidos (EE. UU.), el excesivo endeudamiento mundial, los problemas geopolíticos y la existencia de condiciones financieras internacionales más restringidas. Además, podrían ocurrir cambios en la política monetaria de la Reserva Federal (FED). Los retos que enfrenta la economía dominicana en este contexto son evidentes. La buena noticia es que existen también oportunidades que pueden aprovecharse para mitigar los riesgos existentes y mantener el dinamismo económico.  

Comencemos con la política comercial. Como parte de su plan de Gobierno, el presidente Trump anunció el 1 de febrero la imposición de aranceles de 25 % a Canadá y México y de 10 % a China.  Luego de algunas negociaciones, la implementación de aranceles en México y Canadá fue pospuesta para el 1 de marzo, pendiente de los resultados de nuevas negociaciones. En el caso de China, la medida entró en vigor el 4 de febrero e inmediatamente el gobierno chino anunció medidas de represalia que incluyen un arancel de 15% a algunos productos, efectivo a partir del 10 de febrero. Este ambiente de tensiones comerciales podría generar efectos significativos en el flujo de las transacciones internacionales de bienes y servicios, afectando la economía global y provocando un aumento en los precios de los productos importados por Estados Unidos desde estos países.

A su vez, las exportaciones de EE. UU. al resto del mundo se estarían encareciendo con la tendencia que muestra el dólar desde septiembre de 2024. En efecto, el índice del dólar estadounidense (DXY), un indicador que mide el valor del dólar con respecto a las monedas de seis países industrializados se ha incrementado en torno a 8.0 % en los últimos cuatro meses, generando nuevas presiones en los mercados cambiarios de las economías emergentes.  Aun tomando en cuenta estas presiones, los riesgos sobre RD podrían mitigarse con las oportunidades que brinda la diversificación de las exportaciones dominicanas y la cercanía del país a mercados claves, es decir, el llamado «nearshoring«.

En cuanto a los elevados niveles de deuda global que resultaron de las políticas implementadas durante la pandemia, existe la posibilidad de una desaceleración de los flujos de capitales a las economías emergentes lo que podría afectar la estabilidad cambiaria de aquellos países que no cuentan con fundamentos sólidos. Afortunadamente, RD cuenta con dichos fundamentos, por lo que tiende a recibir, cada año, un alto flujo de remesas que en 2024 fue de USD 10,756 millones y de ingresos turísticos que se ubicaron cerca de USD 11 mil millones. A esto se suma la inversión extranjera directa ya mencionada y las reservas internacionales en torno a US$ 13,400 millones al cierre de 2024, cifra por encima de las métricas requeridas a nivel internacional.

Por otro lado, es indudable que los riesgos geopolíticos a nivel global continúan representando un reto para la economía nacional, principalmente por su potencial para influir en los precios de los commodities, particularmente el petróleo. A inicios de 2025, la invasión rusa continúa en Ucrania con las implicaciones que esto tiene en términos de la oferta de bienes primarios a nivel internacional. No obstante, recientemente se ha avanzado en las negociaciones que buscan poner fin al conflicto entre Israel y Hamas, lo que podría aliviar las presiones sobre los precios internacionales del petróleo.  

Existen otros retos importantes en el contexto presente como es el caso de la incertidumbre en torno a la política migratoria del presidente Trump, aunque se espera que los efectos sobre la diáspora dominicana sean menores que los que se tendría sobre otras naciones de América Latina, dado que una gran parte de la comunidad dominicana en Estados Unidos tiene estatus legal y forma parte de una migración que inició hace décadas. Esta realidad permite vislumbrar que los flujos de remesas hacia el país mantendrían su dinamismo, al menos en los próximos años.

  • Tensiones comerciales, diversificación de exportaciones y “nearshoring

Podemos identificar el “neashoring” como esa práctica que buscar aprovechar las ventajas de proximidad geográfica (menos costos de transporte y mayor flexibilidad en la cadena de abastecimiento) para promover e incentivar el comercio. En el caso dominicano la cercanía con su principal socio comercial y los avances logrados en la diversificación de su producción y de sus exportaciones brindan una oportunidad para adaptarse mejor al nuevo entorno global.

Dichos avances pueden observarse en el índice de complejidad económica de la universidad de Harvard (ECI), indicador que mide la capacidad productiva de unos 145 países tomando en cuenta su diversidad y ubicuidad. Según este índice, RD mejoró su posición relativa de forma importante, pasando del lugar 97 en el año 2000 al puesto 63 en el año 2022, superando a naciones de la región con grado de inversión como Panamá y Perú (gráfico 1). La diversificación de las exportaciones dominicanas ofrece oportunidades para aprovechar la relocalización de las cadenas de suministros que podría ocurrir en un entorno de tensiones comerciales.

Una referencia para tratar de identificar los efectos que podría tener la política arancelaria de EE. UU., es evaluar el impacto que tuvieron estas políticas durante el primer Gobierno de Trump, particularmente en los precios y en el comercio. En el primer caso, la inflación promedió 3.5 % en el periodo 2017-2023, muy por encima de la meta de la FED, aunque es necesario reconocer que este indicador estuvo afectado por el choque que representó la crisis sanitaria a partir de 2020. En cuanto al comercio, se observó una desviación importante de los flujos reflejada en la reducción de la participación de las exportaciones chinas en el total de importaciones de EE. UU. (de 21.6 % en 2017 a 14.1 % en 2023) y el aumento de la participación de las exportaciones de países como Vietnam, Taiwán, Canadá y México. En la coyuntura actual, RD podría terminar beneficiándose de la ocurrencia de nuevos desvíos de comercio como resultado de la política arancelaria del presidente Trump.

  1. Incremento de los niveles globales de deuda y su impacto en República Dominicana

Para el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), los elevados niveles de deuda global representan un riesgo para la estabilidad macroeconómica y financiera. La deuda mundial aumentó en 12 billones de dólares en la postpandemia, alcanzando un nivel récord de 323 billones de dólares, según datos del Instituto Internacional de Finanzas. En este contexto de aumento de la deuda global, los rendimientos de los bonos soberanos de economías avanzadas y emergentes han aumentado, mitigando los potenciales efectos de las reducciones de tasas llevadas a cabo desde junio 2024 por la FED y el Banco Central Europeo.

No obstante este aumento en los rendimientos de los bonos soberanos de economías avanzadas y emergentes, el riesgo país de RD, medido por el EMBI, se mantiene en niveles bajos, incluso más favorables que el de otros países con grado de inversión lo que refleja la perspectiva positiva del mercado hacia la deuda soberana local (ver gráfico 2). El comportamiento del riesgo país dominicano, con una marcada tendencia a la baja desde principios de 2022, ofrece una oportunidad en un entorno de presiones de liquidez en el mercado mundial.

  1. Perspectivas del mercado petrolero y sus implicaciones para la economía dominicana

La política energética del presidente Trump, caracterizada por la posible desregulación del sector y el incremento de la producción petrolera de EE. UU. podría mantener contenidos los precios del petróleo. Desde 2019, EE. UU. es un exportador neto de energía. En 2023, se consolidó como el mayor productor mundial de petróleo, con una participación del 12.9 %, seguido por Rusia (10.1 %) y Arabia Saudita (9.7 %). Asimismo, una reducción en la demanda internacional del petróleo, producto de una ralentización en China, contribuiría a menores presiones en los precios.

De ocurrir, esta reducción representaría una oportunidad para la economía dominicana. Sin embargo, además de los riesgos geopolíticos ya mencionados, otros retos podrían afectar el precio del crudo. Por ejemplo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) podría intensificar sus reducciones de oferta con sus conocidos efectos en precio. Asimismo, aún persisten algunas interrupciones en las rutas de transporte por razones políticas, lo que tendría efectos sobre el suministro global. Las previsiones del mercado sobre el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI, por sus siglas en inglés) lo ubican en USD 64 el barril para 2025, aunque con riesgos al alza.

Consideraciones finales

Se puede decir que el 2024 fue un período de consolidación de la economía dominicana, en el cual se lograron superar las expectativas que se tenían a principio de año frente a los desafíos globales. Para 2025, a pesar del entorno internacional descrito, las perspectivas siguen siendo positivas debido al fortalecimiento de sectores claves, al gran dinamismo de la inversión extranjera y a las posibles oportunidades que brinda al país el “nearshoring”, entre otros factores. El sector turístico, en particular, continuará siendo una fuente importante de ingresos y empleo. En términos de las políticas, la reducción de la tasa de referencia deberá impactar la economía de forma positiva en 2025, mientras se espera una mayor inversión pública en el sector fiscal en un entorno de moderación del déficit.

Gracias a muchos de estos factores, RD se ha posicionado como una de las economías más dinámicas de la región y su estabilidad continuaría siendo un factor crucial para atraer inversiones y garantizar un futuro próspero. En ese sentido, las perspectivas económicas para 2025 apuntan a un crecimiento en torno a 4.5 % con una inflación que se mantendría en el centro del rango meta de política de 4.0 % ± 1.0 %. El déficit de cuenta corriente se ubicaría en torno a 2.7 % del PIB cubierto en su totalidad por la IED y el déficit fiscal sería de alrededor de 3.0% del PIB. Se espera también que el tipo de cambio se mantenga relativamente estable en torno a su variación histórica promedio.

Para concluir, es preciso reiterar que el BCRD se mantiene vigilante y se encuentra preparado para reaccionar con sus instrumentos de política monetaria, en caso de que sea necesario, a la vez que ratifica su compromiso de mantener la estabilidad macroeconómica y propiciar las condiciones para el crecimiento económico en un entorno de baja inflación.

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