Santo Domingo– En su reunión de política monetaria del mes de noviembre de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en 3.00 % anual. Asimismo, la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50 % anual y la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto de la pandemia del COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación. En particular, la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor en octubre fue de 0.66 %, mientras que la inflación acumulada durante los primeros diez meses del año fue 4.42 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir, de octubre de 2019 a octubre de 2020, alcanzó 5.03 %, situándose en torno al límite superior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, influenciada por choques que han afectado la oferta de algunos alimentos como resultado del impacto rezagado sobre la producción nacional de la sequía a inicios de año y posteriormente de las tormentas Isaías y Laura, además del incremento de insumos importados y del aumento en los costos de fletes y transporte.
Es importante destacar que la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta básica, se ubica en 4.44 % en octubre, cercana al valor central de la meta. Asimismo, el sistema de pronósticos del BCRD y las expectativas de los agentes económicos señalan que las presiones inflacionarias recientes son de carácter transitorio, por lo que se prevé que la inflación convergería al centro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % durante el año 2021.
El entorno internacional sigue presentando un panorama complejo, asociado al ritmo de recuperación económica global y la aceleración de contagios del COVID-19 en varias economías avanzadas, aunque los datos preliminares al tercer trimestre parecen confirmar una mejoría gradual del crecimiento mundial durante los últimos meses. Adicionalmente, el anuncio de importantes avances en el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 ha generado optimismo y certidumbre en los mercados internacionales y contribuiría a una aceleración en la recuperación económica durante 2021. En ese sentido, el Consensus Forecast (CFC) continúa mejorando sus perspectivas de crecimiento global para 2020 estimándose una contracción económica de -4.3 %, mientras para 2021 se proyecta un crecimiento mundial de 4.8 %.
Para Estados Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial, se comienzan a observar señales positivas que apuntan a una recuperación más rápida de lo previsto, al presentarse una caída interanual de -2.9 % en el tercer trimestre, lo cual representa una recuperación sustancial desde el -9.0 % registrado en el segundo trimestre del año. En efecto, las proyecciones para 2020 de EUA reflejan una mejoría, desde una caída de -4.0% prevista en octubre a una contracción esperada de -3.7 % según el reporte del mes de noviembre de Consensus Forecasts, al tiempo que se prevé una significativa recuperación en 2021 con un crecimiento de 3.8 %. La Reserva Federal se mantiene aplicando un plan de medidas monetarias expansivas, esperándose que la tasa de fondos federales se mantendría en el rango de 0.0 % y 0.25 % anual hasta el año 2022, a la vez que implementa programas de flexibilización cuantitativa basados en la provisión de liquidez a través de Repos, compras de títulos públicos y privados en el mercado secundario y programas de canalización de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas, principalmente de los sectores salud y educación.
En cuanto a la Zona Euro, se proyecta que la pandemia provocará un deterioro mayor en este bloque de países con una disminución de -7.3 % para 2020, de acuerdo con CFC, afectada por el restablecimiento de medidas de confinamiento para enfrentar una nueva ola de la pandemia, mientras que para 2021 se espera una expansión de 4.7 %. Como respuesta a este difícil panorama, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene en -0.50 % anual la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight), mientras implementa un amplio programa de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario. Asimismo, el BCE anunció recientemente que se encuentra evaluando políticas adicionales de estímulo monetario para mitigar el impacto económico de las nuevas medidas de confinamiento que se están implementado en las principales economías europeas.
En América Latina, las perspectivas económicas se han debilitado significativamente estimándose una reducción de -7.6 % en el crecimiento regional para 2020, pudiendo presentarse una caída aun mayor tomando en cuenta el alto nivel de propagación del COVID-19 que todavía presentan las economías de mayor tamaño, como Brasil, México, Perú y Colombia, así como el impacto reciente de los huracanes Iota y Eta sobre varias economías de Centroamérica. Para 2021, las previsiones de Consensus apuntan a una recuperación gradual de 4.0% para la región. En este contexto de una marcada ralentización económica, los bancos centrales latinoamericanos han disminuido de forma generalizada sus tasas de política monetaria y continúan implementando paquetes significativos de estímulo monetario, a través de programas de provisión de liquidez y de canalización de crédito al sector privado.
En relación con las materias primas, el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se situó en torno a US$41 dólares el barril durante el mes de noviembre, registrando una tendencia al alza asociada a las perspectivas de mayor demanda como resultado de la recuperación gradual de la economía mundial. No obstante, para el año 2020 el precio promedio proyectado es de aproximadamente US$ 38 dólares el barril, por debajo del valor contemplado originalmente en el Presupuesto Nacional de unos US$ 60 por barril. Por otro lado, el precio del oro se mantiene elevado, ubicándose en torno a los US$ 1,800 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre. En ese sentido, la dinámica de los precios de estos bienes primarios ha sido más favorable a lo inicialmente previsto para 2020 y deberá beneficiar los términos de intercambio de la República Dominicana y contribuir a la balanza de pagos, a través de una menor factura petrolera y del incremento en el valor de las exportaciones de oro.
En el entorno doméstico, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señala que la economía dominicana continúa afianzando su proceso de recuperación, al registrar una variación de -4.3 % interanual en el mes de octubre, reflejando una sustancial mejoría de 25.5 puntos porcentuales, es decir una contracción siete veces menor al punto más crítico de la crisis observado en el mes de abril (-29.8 %). De esta forma, el crecimiento económico acumulado durante el período enero-octubre se ubicó en -7.7 %. Hacia adelante, los modelos de pronósticos prevén que la actividad económica continuaría recuperándose progresivamente, estimándose que el crecimiento durante 2021 podría ser mayor del 6.0 %, por encima del ritmo potencial, una vez superadas las crisis sanitaria y económica derivadas del COVID-19.
En este contexto, el Banco Central continúa implementando un conjunto de medidas monetarias orientadas a mitigar los efectos del coronavirus a través de la reducción en 150 puntos básicos en la tasa de política monetaria desde marzo y medidas para incentivar el financiamiento de los sectores productivos y los hogares. En particular, del total de RD$ 190 mil millones puestos a disposición de las entidades de intermediación, se han canalizado más de RD$154 mil millones a los hogares y los sectores productivos, especialmente para las MIPYMES, a través de unos 59,000 préstamos a los agentes económicos.
Como resultado de las medidas monetarias, se ha registrado una reducción de más de 300 puntos en la tasa de interés activa promedio ponderado de los bancos múltiples que pasó de 13.3% en marzo a aproximadamente 10% al cierre de noviembre, manteniendo niveles históricamente bajos en los últimos meses. Asimismo, el crédito privado en moneda nacional se expande a una tasa interanual por encima del 8.0 % al cierre de noviembre, sosteniendo una de las tasas de crecimiento más altas de la región.
En este contexto, es relevante reiterar que la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, así como los pronósticos y las expectativas de inflación cercanos al valor central de la meta del Programa Monetario de 4.0 % ± 1.0 %, otorgan el espacio para que el Banco Central mantenga condiciones monetarias favorables, con el propósito de continuar apoyando la recuperación gradual de los sectores económicos, facilitar la preservación y generación de empleos y contribuir a la protección de las fuentes de ingresos de empresas y hogares.
Es importante resaltar que en los últimos meses se ha observado una mejoría en las recaudaciones tributarias que, junto a la colocación de bonos en los mercados internacionales por unos US$3,800 millones, ayudarán a combatir los enormes retos derivados de la crisis sanitaria. A tal efecto, el Gobierno ha complementado el plan de estímulo monetario con un paquete de medidas fiscales, que incluye el incremento del gasto asociado a las medidas sanitarias para enfrentar la pandemia, así como a los programas sociales orientados a preservar el empleo y mitigar el impacto sobre los ingresos de los sectores más vulnerables. En adición, recientemente se han puesto en marcha distintos planes de apoyo a los sectores productivos, destacándose el programa de préstamos a productores agropecuarios a una tasa de interés de 0%, el plan de recuperación del turismo y el inicio de importantes proyectos de infraestructura como la construcción de la circunvalación de Baní, el plan de rehabilitación y ampliación de la Autopista Duarte, así como otros proyectos estratégicos que se estarán ejecutando a través de las Alianzas Público-Privadas. Esta acción coordinada entre las políticas monetaria y fiscal contribuirá a impulsar el proceso de recuperación de la inversión y de la actividad económica durante los próximos trimestres.
En el sector externo, se debe destacar que en recientemente se observa una recuperación progresiva del flujo de divisas, asociada principalmente al alto dinamismo que mantienen las remesas familiares, al expandirse de forma interanual en 36.1 % en octubre, y a la recuperación en las exportaciones totales durante el mes de septiembre, presentando un crecimiento interanual de 4.5%, compensando parcialmente el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre el turismo. Asimismo, se proyecta que la inversión extranjera se ubicaría para el cierre del año en niveles cercanos a su promedio de la última década de US$2,500 millones, reflejando la confianza de los inversionistas en la resiliencia de la economía dominicana. Adicionalmente, las Reservas Internacionales se ubican en torno a los US$9,900 millones (equivalentes a aproximadamente 12.6 % del PIB), facilitando que el Banco Central pueda seguir contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, preservando bajos niveles de inflación y manteniendo la estabilidad relativa del tipo de cambio. En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.