Ni las informaciones ni las conjeturas cesan en los medios españoles sobre el posible paradero del rey emérito Juan Carlos I de España, por ahora desconocido públicamente, cuando se cumple este lunes una semana del anuncio de irse a vivir al extranjero durante un tiempo indeterminado.
En cualquier caso, su seguridad “concierne al Estado español”, precisó este lunes el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de visita oficial en Argelia, al ser preguntado por la prensa, aunque sin dar más detalles.
El anterior jefe del Estado comunicó a su hijo, Felipe VI, la “meditada decisión” de trasladarse fuera de España ante la repercusión pública de “ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada (en referencia a supuestos negocios opacos), informó la casa real española hace 7 días.
Según un escrito hecho público por su abogado, Javier Sánchez Junco, permanece en todo caso a disposición de la Fiscalía española para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna.
El rey emérito contactó con varios amigos, a los que comentó que su salida de España era un “paréntesis”, dejando abierta la posibilidad de que sea una marcha temporal.
Agenda institucional, silencio oficial
En medio de gran expectación, Felipe VI inició este lunes en la ciudad de Palma, donde descansa con su familia, su agenda institucional de audiencias con autoridades regionales de las islas Baleares (Mediterráneo).
Es la primera actividad oficial del rey después de que el jueves pasado recibiera al ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, Francisco Bustillo, en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid.
Sin embargo, nada trascendió de las reuniones sobre posibles comentarios relativos a la marcha de su padre, dónde se encuentra o dónde se instalará.
La presidenta de Baleares, Francina Armengol, eludió aclarar si trataron estas cuestiones.
“Mi preocupación y mi obsesión es los ciudadanos de las Islas Baleares (…). De todo lo demás debe dar explicaciones la Casa del Rey, no me toca a mí”, dijo a la prensa después de la audiencia, precupada por la situación socioeconómica “complicada” de Baleares, causada por la epidemia del coronavirus. Precisó que, de haber tratado sobre el rey emérito, no lo revelaría.
Además, Felipe VI, la reina Letizia y sus dos hijas visitan este lunes en la isla de Mallorca la casa natal y museo del misionero español del siglo XVIII fray Junípero Serra, cuya estatua fue derribada en la ciudad de San Francisco durante las recientes protestas antirracistas de EEUU.
¿Europa, América, Asia, Oceanía…?
Portugal, República Dominicana, Emiratos Árabes, Nueva Zelanda… Son los destinos o lugares de tránsito mencionados con más insistencia por los medios españoles durante estos días, a veces con gran despliegue informativo y gráfico.
Lo cierto es que, desde que abandonó el Palacio de la Zarzuela, la casa real no confirmó ni desmintió ninguna de esas informaciones, ni tiene intención de hacerlo. Considera que es el rey emérito a quien corresponde decidir si lo comunica y cuándo.
El Gobierno español tampoco dio pistas sobre su paradero, pero se da por descontado que tanto su presidente, el socialista Pedro Sánchez, como otros miembros del gabinente están al tanto.
Felipe VI recibirá a Sánchez el miércoles próximo en el despacho tradicional de verano en Palma entre el jefe del Estado y el del Ejecutivo, y la situación del rey emérito será, previsiblemente, uno de los asuntos de que hablen, además de las graves repercusiones de la COVID-19 en España, donde avanzan los contagios.
Debate Monarquía-República
Su salida de España desencadenó también un nuevo roce en el gobierno español de coalición, ya que los representantes de Unidas Podemos y su líder a la cabeza, el izquierdista Pablo Iglesias, reprocharon al presidente Sánchez que no les informara previamente y que, según interpretan, es una “huida” del rey emérito para eludir la acción de la Justicia.
También fue aprovechada por partidos de izquierda e independentistas catalanes para avivar las críticas a la monarquía y reclamar un referéndum sobre la cuestión.
Según una resolución aprobada el viernes por la mayoría separatista del Parlamento regional catalán, “Cataluña es republicana y, por lo tanto, no reconoce ni quiere tener rey”.
No es el caso del Partido Socialista de Sánchez, quien considera “adecuada” la medida de Felipe VI de “marcar distancias” con su padre y respalda la actual monarquía parlamentaria constitucional.
El diario español La Razón publica este lunes una encuesta en la que el 54,8% es partidario de la monarquía, frente al 38,5% que prefiere una república. Al 71,3 % le parece bien o muy bien que el rey emérito fije la residencia en el extranjero.
En otro sondeo, el periódico El Mundo informó ayer de que mayoría, el 67,2 %, considera “muy” o “bastante importante” el papel institucional de Juan Carlos I en la Transición democrática española y en el conjunto de su reinado. Sin embargo, el 80,3 % opina que debe responder ante la Justicia por posibles delitos fiscales.
Fuente: EFE